
Literatura Erótica
Contaba catorce primaveras, Amaltea me contaba las historias de la Cosmogonía, los nombres de los viejos dioses y diosas, los nombres de los árboles, las flores, los pájaros y las serpientes; las costumbres de los animales salvajes y los domesticables; a leer y a escribir. El placer que Amaltea extraía del conocimiento despertó el mío y perfeccionó mis sentidos y mi memoria.