Potenciadores Sexuales
Los Afrodisíacos y el Sexo
Cualquier persona sana tiene la fuerza sexual suficiente para cumplir con las exigencias normales de una relación amorosa; pero la experiencia ha demostrado que en una pareja monógama la emoción erótica puede sucumbir después de un primer periodo de euforia. En la civilización moderna, después de cierto tiempo, ya no pasa nada en el dormitorio de muchos matrimonios, pues los cónyuges ya no sienten deseo y entonces surgen los típicos problemas maritales, y es necesario ir a terapia de pareja o al psiquiatra. Por el contrario, en tiempos pasados (y aún en la actualidad) los pueblos con otras tradiciones aconsejan a las parejas ingerir afrodisíacos que conserven la pasión antes de que se apague el primer fuego del amor. En Asia es preferible tomar un afrodisiaco prematuramente, a esperar a que sea demasiado tarde.
Muchos han aprendido a mantener viva o a profundizar su relación gracias a afrodisiacos y refinadas técnicas eróticas. Descubrir nuevas experiencias eróticas une a las parejas de la misma manera que cualquier otra vivencia común. Una relación se enriquece con esto, se hace más creativa y por lo tanto más susceptible de ser vivida.
Quien menos necesita afrodisíacos, percibe con mayor intensidad el gozo que éstos proporcionan: no deben usarse cuándo hay carencia, sino para enriquecer la vida y hacerla más saludable. Quien los use de forma concienzuda y bien dirigida, puede experimentar más profundamente el milagro de vivir.